La vida va pasando, vamos quemando etapas y dejando cosas atrás. Dejando atrás a personas.
Perdonar, olvidar, recordar. Un ciclo que se repite y se repite etapa tras otra. El dolor al final se acaba olvidando, las cicatrices acaban curando y hasta la más amarga de las despedidas al cabo de un tiempo se torna dulce, ¿entonces para que amargarse pensando en lo malo de las personas? ¿Para qué quemar etapas tan deprisa? Mejor que cada cosa caiga su propio peso a que nosotros con nuestra actitud negativa consigamos que se destruya algo que a lo mejor estaba destinado a funcionar.
Las personas se van, nuevas personas entran en nuestra vida y lo que tenemos que hacer es ser positivos, mantenernos fuertes y disfrutar del momento. Las despedidas son duras pero a veces lo mejor es dejar que el tiempo decida si ese ''Adiós'' es en realidad un ''Hasta luego''.
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