Se me da tan bien hacerme la victima que no me había planteado que le estaba haciendo daño a una persona, se me da tan bien hacerme la victima que no me he dado cuenta que hay gente que me necesita y cuanta conmigo, se me da tan bien hacerme la victima que la simple idea de quedarme en casa lamentándome me parece como un viaje a Disneylandia, se me da esto tan bien que ya no sé siquiera si sé hacer bien otra cosa.
Mierda, preferiría encerrarme en mi habitación a llorar y sentirme mal por ¿vivir?, puede. Pero por alguna extraña razón o por un ataque de madurez me gustaría correr, plantarle cara a las personas a las que he utilizado y pedirles perdón por haberlo hecho. Mierda. Asco de conciencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sé que es un gran esfuerzo pero contribuyes a una buena causa: Hacer que una sonrisa nazca en mi cara.