Pretendes olvidar, pero¿Y si el no te deja?

martes, 10 de enero de 2012

La inspiración está en cualquier parte.


Era una noche oscura, de esas que le gustan a las personas de mala vida, cuando Alicia se dio cuenta que solo llegaría a coger el ultimo tren hacia su casa. Ella sabia que se lo encontraría en el tren por eso aminoro la velocidad de sus pasos e intento refrenar los latidos de su corazón. Entonces y como si fuera una conjura empezó a imaginarlo ahí sentado, esperando, la mirada perdida, la música a todo volumen y su maravilloso pelo despeinado como siempre.

Deseaba correr, deseaba llegar cuanto antes a su lado y mirarlo con intensidad. Se contuvo, paro un poco y respiró hondo hasta que sus latidos se normalizaron, entonces bajo las escaleras mecánicas y se acerco poco a poco a su lado favorito de la estación.

De repente lo vio, estaba tal y como ella lo había imaginado, a excepción de un gorro rojo en su cabeza que lo hacia aun más atractivo a los ojos de ella. ‘’Mierda, pensó, ya está de nuevo entrando sin permiso en mi cabeza’’.

Llego a su lado, le dio dos besos y se sentó. Hizo como si nada hubiera pasado, como si hace dos semanas no le hubiera dicho que no lo quería, pretendió haber olvidado que le había confesado todo: que había intentado enamorarse de él, que había conseguido que fuera su necesidad, que había deseado cada una de sus palabras, que se había ilusionado con cada una de sus sonrisas, que solo lo quería como amigo y que todo lo que había estado pasando entre ellos ya no podía volver a pasar.

Entraron al tren y ella se sentó mientras él se quedó de pie. Una loca estaba sentada delante suya y no paraba de hablarle. Ella no podía contener mas la risa e intentó distraerse mirándolo a el a los ojos, pero el no estaba por ayudarla y solo conseguía que se riese más. Ella intentaba disfrazar su risa como una sonrisa de cariño hacia él mientras seguía mirando sus ojos marrones y como sus pestañas acariciaban el aire a su alrededor. ‘’Maldición, pensó ella, cuando salga de este tren voy a matarlo por hacerme reir’’ mientras tanto intentaba poner su mirada más asesina. Él jamás llegaría a entender todo el poder que contenía esas miradas que le echaba. Ella aún no sabia que todo lo que estaba sintiendo era mucho más de lo que pretendía sentir.

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