Tenían ellos razón, yo solo lo estaba negando, estos
sentimientos, este odio, esta pasión…ninguno de ellos eran normales, ninguno.
¿Por qué siempre caíamos el uno en brazos del otro? ¿era
esto una señal de que deberíamos estar juntos? Esta confianza, esta
seguridad…todo mentira, medias verdades que decimos tanto que al final acabamos
creyendo.
No pretendo que borremos el pasado, no somos cuadernos en
blanco, nunca lo hemos sido, tan solo me gustaría saber si el futuro que vamos
a escribir va a ser el mismo o por lo menos va a tener puntos en común. Esta
incertidumbre de no saber si hoy me odias, me quieres o eres mi amigo me está
matando por dentro, mata mi corazón y al final me vuelvo un monstruo sin
sentimientos que solo sabe hacer daño a los que más quiere.
Escucho canciones al alba, canciones que me hablan de ti,
que me hablan de un nosotros que solo existe en esa parte de mí que me invento
con cada una de tus palabras. Amor, amor solo es una palabra, esto que siento
es mucho más real que eso, más profundo y a veces más doloroso que decir con
esas míseras cuatro letras que te odio. Te odio, te odio, odio.
Odio a cada palabra, odio a cada caricia, odio a cada una de
tus sonrisas y odio a cada uno de los pensamientos que ocupas en mi cabeza. Lo
que más odio es no poder decirte todas estas cosas que escribo hoy aquí. Odio
sonreírte cuando quiero besarte, odio morderme el labio para no decir lo que
pienso, odio tener que apartar la mirada para que no leas el deseo en mis ojos,
odio que me encante acostarme contigo y acabar abrazados en tu cama, con mi
cabeza en tu pecho y el corazón desbocado.